Para
este pequeño homenaje a Ayrton Senna no voy a tirar de las clásicas fotos de su
carrera, campeonato, etc. Porque sí, de su trayectoria mucho se ha hablado y
mucho se podría hablar. De hecho, un servidor en la revista “Quemando Rueda”
tuvo el placer de escribir sobre él y es algo de lo que nunca me arrepentiré,
porque para muchos la figura de Ayrton Senna es la que nos enganchó a este
deporte recién comenzados los 90 cuando su rivalidad con Alain Prost languidecía.
Por ello, prefiero mostrar la portada del diario “Marca” el 2 de mayo de 1994
que refleja lo que Senna era para la Fórmula que como bien dice, ese día perdió
el 1.
Si dos
décadas después de su fallecimiento se le recuerda tanto es no sólo porque haya
sido el último fallecido en un Gran Premio de Fórmula 1, sino por la huella que
ha sido capaz de dejar. Huella deportiva con sus hazañas sobre el piso mojado y
como rey del principado de Mónaco con seis victorias en el angosto circuito, y
huella humana al parar su monoplaza en medio del circuito de Spa Francorchamps para
atender el grave accidente de Eric Comas en ese mismo trazado en que afirmaba
ver a Dios al tomar a fondo Eau Rouge. Incluso esa huella sensible y preocupada
por lo ajeno la vimos en sus últimos momentos de vida. Él fue al sitio del
accidente mortal de Roland Ratzemberger para interesarse sobre lo que pasó – lo
que le valió la reprimenda de la FIA– y eso perturbó su fin de semana al
borrarse su sonrisa y afabilidad con el equipo. No tenía buenas vibraciones y
se las confesó a su novia. Aún así, estaba convencido de ganar y metió una
bandera austriaca bajo su butaca para homenajear a Ratzemberger. Pero todo ello
duró hasta las 14:17 minutos cuando su Williams se salía de pista impactando
contra el muro en la curva Tamburello dejándonos a todos petrificados. Y aunque
se pudo mantener su cuerpo con vida 4 horas más, muchos no podíamos creer que
no volveríamos a ver a Senna pisar un circuito. Y es que en sus últimas horas
de vida aunó sus dos grandes cualidades ya citadas. La sensibilidad humana con
Ratzemberger y el ansia de vencer no sólo porque quería dedicárselo al
malogrado piloto de Simtek, sino porque su casillero estaba a cero por los dos
abandonos en sendas primeras pruebas en contraste con las dos victorias de
Michael Schumacher.
Como
dije hace algún tiempo, ese accidente nos privó de ver uno de los duelos más
interesantes de los 90 dado que la diferencia de ambos (en alusión a
Schumacher) sobre el resto era considerable de la misma manera que no sabremos
si “Magic” habría fichado por Ferrari para 1995 tal y como afirma Jean Todt
poniendo fin a tantos años de “tonteo” entre las dos partes.
También
ahora queda otro debate sobre la mesa. ¿Es Senna el mejor piloto de todos los
tiempos? Complicado saberlo ya que no creo justo evaluar solo el número de
campeonatos de cada piloto, sino también la época y los rivales contra los que
se enfrentaron. Algo que pone a Fangio y Senna como dos de los grandes ases de
este deporte. Uno se midió contra Ascari, Farina, Froilán González y otro
contra Prost, Mansell, Piquet, el último año de Lauda… ¿Hasta dónde habría
llegado Senna en caso de poner fin a su carrera cerca del año 2000 como él
pretendía?
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