Si la
semana pasada hablábamos de la crisis de Ferrari, ésta se ha cobrado la primera
víctima en forma de dimisión. Se trata de su director de equipo, Stefano
Domenicali en un anuncio sorpresa durante la mañana del lunes, aunque ya en las
redes sociales dejaban caer la noche anterior que al día siguiente Ferrari
anunciaría algo importante. Se especulaba con la posible marcha de Alonso a
Mclaren a final de temporada, pero no ha sido así y por fin alguien empieza a
asumir responsabilidades en medio del ciclón.
Domenicali
tendrá que admitir su parte de culpabilidad en este difícil momento, pero no es
el único. Ya que por mi cabeza aún redunda la imagen de Luca Cordero di
Montezomolo abandonando Barhein antes de acabar la carrera, eludiendo unas
explicaciones que sigue sin dar porque no lo olvidemos, Ferrari es un equipo y
no se centra en una sola persona, por lo que cada uno de ellos es responsable
de los éxitos y fracasos de la escudería.
Para
sustituir al italiano habían salido a la palestra los nombres de Ross Brawn y
un Flavio Briatore recién salido del purgatorio por el Crhasgate. Y hasta en eso nos han sorprendido, porque a partir de
ahora nos tendremos que familiarizar con la cara de Marco Mattiacci. Todo un
desconocido para los amantes de la Fórmula 1 que siempre se ha movido a la
sombra de Maranello, ayudando con las ventas de vehículos en diferentes partes
del mundo y que ahora tendrá la misión de tomar importantísimas decisiones dentro
de la máxima categoría. El tiempo reflejará si es una decisión acertada o
simplemente un paso temporal dando fin a una complicada temporada para dar paso
a alguien con más tablas en dirección deportiva.
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