miércoles, 14 de enero de 2015

Un secuestro que salvó una vida

Foto: Momento de la liberación de Juan Manuel Fangio (Diario As)

Sería injusto no hacerle un hueco en estas escrituras a Juan Manuel Fangio, ese argentino quíntuple campeón mundial, el primer gran héroe de la Fórmula 1 y el digno sucesor de figuras recién retiradas como Tazio Nuvolari. Leyenda en Ferrari, Maseratti , Mercedes y  Alfa Romeo que era secuestrado por militantes de la guerrilla cubana con motivos políticos, ejecutando una de las grandes estrategias del entonces disidente Fidel Castro contra el gobierno de Fulgencio Batista.
Uno de los guerrilleros se acercó a Juan Manuel Fangio mientras conversaba con sus mecánicos en el hotel Lincoln y a punta de pistola lo subió a un coche. Por contradictorio que parezca, el secuestro no tuvo violencia alguna y el trato de los secuestradores hacia el piloto argentino era cordial y nada vejatorio, no vendándole los ojos cuando lo llevaron a una casa de La Habana y obsequiándole todas las comodidades posibles. El único objetivo era que no disputara aquel Gran Premio de Cuba de 1958 en el que por cierto, partía desde la pole.

Los secuestradores consiguieron el objetivo de que Fangio no tomara parte en la salida y como se ha mencionado en el anterior párrafo, fue tratado de manera cortés disculpándose con él del mismo modo que Fangio también reconoció que incluso algunos de ellos le pedían autógrafos. Paradógicamente, este secuestro bien pudo salvar la vida del astro que en aquel 1958 afrontaba su último año en la Fórmula 1, dado que un accidente que le costó la vida a 6 espectadores causando también 40 heridos obligó a suspender aquella prueba.

Después de 26 horas de retención Fangio fue liberado y conocedor del suceso durante el Gran Premio les dijo antes de eso a sus secuestradores “Miren señores, quizá ustedes me hicieron un favor” a sabiendas de la probabilidad de haber perdido la vida en carrera.  Pero otra de las cosas que pasaba por la cabeza de los secuestradores era el cómo liberar a Fangio sin daño  alguno, ya que por sus mentes sospechaban que el régimen de Batista pudiera matar al piloto y culpar de ello a Fidel Castro.

Año y medio más tarde, Fidel Castro designó a Fangio “invitado de honor” a Cuba y ya con su régimen instaurado, fue recibido en la isla en el año 1981 por el ministro de Relaciones Exteriores Arnold Rodríguez por acudir Fangio en calidad de presidente honorario de Mercedes en Argentina. Curiosamente, el destino también le llevó a encontrarse de nuevo con sus secuestradores.

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