lunes, 6 de abril de 2015

La praxis de Sauber

FOTO: www.carandriverthef1.com

Enero de 2010, Sauber finaliza la búsqueda de un hombre sabio y que les ayude a mejorar el monoplaza. Entonces tantean y convencen a Pedro de la Rosa, al que su experiencia en Mclaren como probador siendo altamente partícipe en la fabricación de monoplazas ganadores era su mejor aval. Todo eran celebraciones para quien se iba a quitar el óxido de no competir, y los seguidores del de Cardedeu lo celebraron incluso regalando puros a Peter Sauber.

Su misión no sólo sería intentar elevar el rendimiento de un coche que desde el principio no salió bien, sino que daría valiosas lecciones a un joven samurái llamado Kamui Kobayashi. Se juntaban la agresividad del japonés con el temple y perseverancia del español, una gran mezcla que vino en forma de rendimiento parejo entre ambos aunque peor suerte para el más veterano.

Las cosas poco a poco se torcieron en la relación entre piloto y equipo. Tal era el ninguneo que Pedro empezaba a sufrir, que en la prensa jamás se destacaba algo positivo que hubiera hecho Pedro, sino que siempre se intentaba hilar hacia lo negativo, hacia posibles fallos por mínimo que fuera. Qué más daba si cogía unos valiosos puntos, se decía que no había hecho adelantamiento alguno y así una tras otra. Incluso en algunos sitios se hablaba de que si la familia de Pedro de la Rosa pasaba a las carreras no era gracias a Sauber, sino a una HRT que probablemente ahí le hacía el primer guiño serio a Pedro.  Todo acabó con Pedro despedido y regreso de Nick Heidfeld al equipo. Qué curioso que un año después volverían a tirar de De la Rosa para suplir en Canadá al convaleciente Sergio Pérez. Cuantísima caballerosidad demostró Pedro aceptando y Mclaren cediéndolo. Citada caballerosidad brilla en Hinwill por su ausencia.


La historia vuelve a repetirse en este 2012 con un nuevo protagonista. La víctima ahora es Giedo Van der Garde, quien firmó la pasada campaña un contrato como piloto de pruebas con la garantía de que en 2015 pasaría al rol de titular. Algo que finalmente no se ha producido llegando todo a los tribunales por incumplimiento de contrato. Se lucieron de nuevo en el equipo suizo, que actuaron como si el mañana no existiera, prometieron y firmaron lo que no podían cumplir con el posible único fin de captar el dinero que el holandés traía en forma de sponsors.

La justicia ha dado la razón a Giedo Van der Garde, y escoja la vía que escoja Sauber, tendrá que indemnizar a alguno de sus “tres pilotos titulares” por incumplimiento de compromisos. Muy grande Van der Garde defendiendo sus derechos, logrando que no quede impune aquel que no cumple y en cuanto a Monisha Kalternborn, pues parece que es de la misma escuela de Peter Sauber. La escuela de la incorrección y el “usar y tirar” aunque sea con malas artes, concretamente las que ha mencionado el holandés en su última entrevista afirmando algo tan duro como “todas las personas con las que trabajaba antes, me ignoraban”, referenciando su presencia en Melbourne en las cercanías del equipo que le prometió el volante que nunca le dio. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario