Se dice que en Mónaco las carreras son el sábado por eso de
la imposibilidad de adelantar. Puede ser verídico o no, en este caso lo estaba
siendo. Hamilton sacaba su martillo después de su pequeño bajón en Montmeló,
volvía a demostrar quién manda en los vehículos plateados y por qué es él el
que no lleva el número 1 pintado por propia decisión.
Si en calificación se imponía a su compañero, en carrera era todo un goteo de segundos sobre el teutón salvo en honradas excepciones. Entre medias, teníamos unos comisarios dubitativos entre levantar la mano en los toques o sancionarlos. Ello se ha visto en las acciones de Alonso con Hulkenberg y los cinco segundos de penalización, o el incidente entre Raikkonen y Ricciardo sin acción. En estas decisiones, Carlos Sainz Jr salió perjudicado al tener que partir desde el pit lane por no ir a pesarse. Sin duda, el peor trazado para salir desde atrás y mostrar jerarquías sobre un compañero que se ve rápido pero a la vez peca de novato al precipitarse sobre Grosjean, lo que obligó a la salida del Safety Car y el error de Mercedes a la hora de parar. Ello regaló la victoria a Rosberg y mandaba al tercer puesto a Hamilton. Craso error, porque en Mónaco se ha vuelto a ver que no se puede adelantar valga la redundancia, y porque no es normal que en un equipo que va tan sobrado se falle de manera tan estrepitosa en los cálculos.
Si en calificación se imponía a su compañero, en carrera era todo un goteo de segundos sobre el teutón salvo en honradas excepciones. Entre medias, teníamos unos comisarios dubitativos entre levantar la mano en los toques o sancionarlos. Ello se ha visto en las acciones de Alonso con Hulkenberg y los cinco segundos de penalización, o el incidente entre Raikkonen y Ricciardo sin acción. En estas decisiones, Carlos Sainz Jr salió perjudicado al tener que partir desde el pit lane por no ir a pesarse. Sin duda, el peor trazado para salir desde atrás y mostrar jerarquías sobre un compañero que se ve rápido pero a la vez peca de novato al precipitarse sobre Grosjean, lo que obligó a la salida del Safety Car y el error de Mercedes a la hora de parar. Ello regaló la victoria a Rosberg y mandaba al tercer puesto a Hamilton. Craso error, porque en Mónaco se ha vuelto a ver que no se puede adelantar valga la redundancia, y porque no es normal que en un equipo que va tan sobrado se falle de manera tan estrepitosa en los cálculos.
Lucha infructuosa con Vettel le tocó
posteriormente a Hamilton que se ha saldado con el mundial de nuevo calentito,
diez puntos separan a Rosberg del británico, que a buen seguro sale resucitado
y henchido en su moral.
Hay que reseñar el cambio de mentalidad de Lewis Hamilton
desde su debut hasta la fecha. No es de extrañar que andara caliente tras el
Gran Premio por la jugada de su equipo, lo fácil hubiera sido la crítica feroz.
Pero el temporal hay que saber capearlo con dignidad, y ahí Hamilton ha estado
de diez, señalando que confiaba en su equipo en esos momentos post carrera en
el que la templanza es vital.
No todo va a ser pelea por arriba, ya que en otros lugares
también ocurren cosas interesantes. Red Bull nos han mostrado un pequeño avance
con Ricciardo y Kvyat dando batalla, Mclaren de nuevo vuelve a fallar en la
fiabilidad ensombreciendo los primeros puntos del equipo gracias a Jenson
Button y Merhi, pues al fin coloca en su sitio a Will Stevens, el cual no debe
andar muy contento por las redes sociales. ¿De Williams?, sorprendente el pobre
rendimiento que han dado, Canadá para ellos debe ser el punto de inflexión de
cara a sobreponerse en este pequeño escollo.
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