Solidaridad inicial, tweets sensibleros deseando la
recuperación cuando un accidente grave ocurre, etc. Todo se llena de palabras,
y muy bonitas palabras.
Poco dura eso y el tiempo parece borrar los recuerdos. Ahora bien, cuesta pensar cómo se sentirá la familia de María de Villota al ver que se ha dado carpetazo a su accidente, que tratan de culpabilizar a quien ya no se encuentra entre nosotros para defenderse y darnos su versión. Una persona que aunque falta de palmarés, nos ha brindado siempre una lección de lucha, de saber sobreponerse a las dificultades, de aprovechar al máximo ese año y medio que la vida le regaló tras aquella fatídica prueba en la que perdió uno de sus ojos.
Poco dura eso y el tiempo parece borrar los recuerdos. Ahora bien, cuesta pensar cómo se sentirá la familia de María de Villota al ver que se ha dado carpetazo a su accidente, que tratan de culpabilizar a quien ya no se encuentra entre nosotros para defenderse y darnos su versión. Una persona que aunque falta de palmarés, nos ha brindado siempre una lección de lucha, de saber sobreponerse a las dificultades, de aprovechar al máximo ese año y medio que la vida le regaló tras aquella fatídica prueba en la que perdió uno de sus ojos.
Un servidor reconoce que durante ese año y medio envidió
sanamente a María. Porque pocos pueden afrontar algo tan duro plantando una
sonrisa sincera, con la máxima alegría en cada evento, en el libro que publicó,
en sus entrevistas a la prensa, en sus previos aportando diversos datos. En
fin, eso era María de Villota.
Pero volviendo a su accidente, ese del que no parece querer
comentar nadie nada cerrándolo todo. Cuesta mucho creer que mientras gozamos de
una Fórmula 1 de extrema seguridad, con accidentes que quitan el hipo sin
consecuencias, sin carreras en lluvia porque las frenan en cuanto aparecen las
gotas se permita en unas pruebas que el camión del equipo esté junto a la
pista, ocasionando lo que ha ocasionado con María. Pero en fin, estamos tan
acostumbrados a que todo intente archivarse cuanto antes que no lo vemos ni
extraño. Por ello, aún con teorías, nunca se sabrá que ocurrió en el trágico
accidente de Ayrton Senna ni con María. Y no hacen falta fallecimientos a la
hora de esconder el polvo bajo las alfombras. El accidente de Fernando Alonso
en pretemporada sigue arrojando versiones contradictorias y, ¿alguien ha
investigado más sobre lo de Jules Bianchi? Pues lo dicho, a otra cosa y a
procurar que todo quede borrado de las memorias, no sea que a alguien le toque
asumir responsabilidades como sería menester.
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