FOTO: www.trf1.net
Curiosamente, la calificación de Abu Dhabi dictará
sentencia en el empate entre Carlos Sainz Jr y Max Verstappen en clasificatoria.
Nueve a nueve van y el que quede delante del otro en tierras desérticas, se
llevará el gato al agua en una temporada en la que el holandés sin duda ha sido
la revelación del campeonato.
Llegaba
a la Fórmula 1 con la creencia de que estaba aún verde, sólo tenía un año de
experiencia en monoplazas y en ellos había logrado una brillante tercera plaza
en el mayor exponente de la Fórmula 3. Aún lejos de Esteban Ocon y sucumbiendo
ante la experiencia de Felix Rosenqvist, demostró que sabía remontar en el
prestigioso circuito de Macao y Red Bull confió ciegamente en él,
anteponiéndole a los Alex Lynn, Pierre Gasly e incluso al propio Sainz, que se
vio favorecido por la marcha de Vettel a Ferrari.
Puede que el meteórico ascenso de Max Verstappen
ponga en duda la dificultad o facilidad de llevar los monoplazas a día de hoy,
que el infortunio de Sainz aún pueda servir como pretexto en aras de justificar
los 31 puntos de desventaja entre madrileño y holandés sin ánimo de emborronar
la buena imagen también ofrecida por el primero. Pero no podemos obviar la
objetividad y toca rendirse a la evidencia. Max ha madurado mucho, está dejando
contra las cuerdas a Sainz y ha hecho cosas que van más allá de pilotar el
monoplaza de manera correcta. El mejor ejemplo lo tenemos en Interlagos y en el
derroche de agresividad con adelantamiento espectacular a un Sergio Pérez al
que nada se le puede reprochar a la hora de intentar defender su posición. ¿El
nuevo Ayrton Senna? Pronto para decirlo aunque sangre para la comparativa no le
falte. Así que ante un mercado de pilotos poco movido en 2015, nos preparamos
para la ebullición que se puede vivir en 2016 con múltiples pilotos finalizando
sus relaciones contractuales, y el nombre de Max Verstappen estará en mente de
todas las grandes.
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