lunes, 29 de mayo de 2017

Honda deja "tirado" a Alonso y salva los muebles con Sato


Imagen del abandono de Fernando Alonso por rotura de su motor cuando tenía opciones de victoria

Reconozcámoslo, muchos era la primera vez que nos sentábamos ante la pequeña pantalla para ver las 500 millas de Indianápolis. Fernando Alonso había generado un tirón mediático para esta mítica prueba americana pero gran desconocida en suelo europeo. Era la gran opción para traspasar el charco y lograr seguidores que porten otras banderas que no sean las de barras y estrellas.

La pregunta para muchos es, ¿qué impresiones nos ha dejado la carrera? Pues para un servidor, mucho dista de lo que vemos en suelo europeo. Cuesta seguir las estrategias y hay demasiadas interrupciones que pueden llevarnos al aburrimiento traduciendo cada bandera amarilla en coche de seguridad, y poca técnica hay que ver cuando sólo hay que pisar a fondo para ir en Óvalo y ya está a pesar de que iniciar una escapada sea misión imposible.

Indianápolis nos deja muchas lecturas. La primera es que a esas velocidades cualquier accidente puede revestir gravedad. Milagro es que Scott Dixon saliera ileso del vuelo que tuvo parada la prueba con bandera roja más de media hora. Y es que aparte de todo eso, la realización se centraba en un Fernando Alonso que apenas bajaba del quinto en una prueba donde la muerte deportiva era perder vuelta. Mucho mérito para un piloto que competía por primera vez en Indy y que varios giros había liderado. Pero esas opciones se esfumaron al final cuando el tercer motor Honda reventaba. Primero era Hunter Reay el que veía estallar su propulsor Honda cuando era segundo y le seguía Charlie Kimball como preludio a lo que le esperaba al asturiano.

Las cámaras se centraban en Fernando Alonso y su camino hacia boxes antes de que varios coches, entre ellos el de un Oriol Serviá que venía de menos a más optando a cajón, quedaban fuera por una colisión múltiple. Tras ese accidente, se acabaron los numerosos periodos de Safety Car y todo se relanzaba. Chilton empezaba a perder comba en el liderato y todo quedaba en cosa de dos. Sato y Castroneves, dos pilotos con estilos agresivos, aguerridos y que nos darían un gran final de emoción. El momento clave estuvo cuando el japonés supo cerrar al brasileño a tres vueltas del final obligándole a levantar el pie del acelerador y por tanto a perder ese rebufo clave propiciando el primer triunfo nipón de la historia de las 500 millas.


Ahora queda pensar si Alonso volverá en 2018, nada descartable cuando después de lo de ayer, a buen seguro tiene una espina clavada y la triple corona es su obsesión. 

1 comentario:

  1. Primera experiencia viendo Indycar y la verdad, a pesar de que las paradas por bandera amarilla se hacen largas, balance positivo. El accidente de Dixon deja a las claras que situaciones como la de Billy Monger son desgraciadas excepciones. Grandísima carrera de Fernando, que luchaba por la victoria en el momento en que, otra vez su motor Honda, le dejaba fuera de carrera. Es increíble la paciencia que tiene el Asturiano un fin de semana tras otro, su fuerza mental es admirable. También buena carrera de Sato, que esperó su momento agazapado hasta las últimas vueltas. La verdad es que me gustó bastante la carrera, y la conclusión que saco es que Fernando volverá a intentarlo hasta ganar la competición, porque ha demostrado de sobra que es capaz.

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