domingo, 8 de octubre de 2017

Alonso y Massa le dan la carrera a Hamilton, Ferrari le regala el mundial


Sebastian Vettel se muestra extremadamente serio a sabiendas de que con este abandono, dice adiós a casi todas sus opciones de título (FOTO:Lars Baron/GETTY IMAGES)

Desde Maranello tienen dos opciones, o abrir una línea de investigación para ver si alguien le ha lanzado un vudú o directamente ver qué está ocurriendo. Desde el principio, se veía que Vettel no tenía ritmo, perdía posiciones hasta que desde el box decidían retirar su coche. La causa es una bujía, una de esas piezas nada caras que ya a De la Rosa le costó el podio en Austria allá por el año 2000 con el modesto Arrows, y que ahora deja de manera cuasi definitiva sin mundial a “Seb”.

La situación a día de hoy es la siguiente. Queda cuatro carreras y Hamilton las puede realizar con la calculadora en la mano, sin forzar en ninguna de ellas si así lo desea. Porque ya en Austin dentro de quince días puede salir campeón si vence y Vettel no puede superar la sexta plaza. Con lo cual el epílogo del mundial 2017 está escrito a falta de la firma de su autor.  Hasta el propio Vettel lo admite a pesar de que es uno de esos depredadores que no sueltan a su presa. “¿Se me va el mundial? No hay que ser un genio para verlo” decía después del abandono. Así que la pregunta es, ¿en qué circuito se certificará lo que es ya una certeza?


La carrera en sí volvió a ser un tira y afloja entre Hamilton y Max Verstappen. Red Bull ha encontrado ritmo en carrera y eso le está llevando a hacer un final de campeonato fuerte, con disposición a subirse a lo más alto del cajón. Mediada la misma, desde el box de Mercedes las cuentas no eran nada claras y Bottas a falta de parar y verse lastrado al principio por los Force India, debía hacer de escudero. Es poco entendible que metieran al finlandés a cambiar gomas cuando aún Max no le había superado ni estaba en condiciones de hacerlo. Podía haberse dejado el holandés mucho más tiempo tras él si le hubieran mantenido en pista consiguiendo así que Hamilton se llevara una victoria cómoda. Cosa que a la postre no fue así. Desconocemos si la fiabilidad de ese bólido 44 empezaba a resentirse o el segundo juego de neumáticos decía basta, lo cierto es que el Red Bull de Verstappen se había echado encima y ni siquiera el Safety Car Virtual por el pinchazo de Stroll le había facilitado las cosas. Max estaba dispuesto a atacar hasta que en el último giro llegaron a la altura de Fernando Alonso y Felipe Massa en su brega por el último punto. El juego de los egoísmos se ponía sobre la mesa y eso se tornó en contra de Verstappen, cuando ni Alonso por segundo Gran Premio consecutivo ni Felipe Massa respetaron las banderas azules

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