Imagen del Diario Marca donde nos muestra la
trazada normal y la escogida por Hamilton y Rosberg.
Diez
segundos y dos puntos en el carnet. Esa fue la penalización que se llevó Nico
Rosberg tras su acción con Lewis Hamilton en el Red Bull Ring. Dos puntos menos
que visto lo visto, parecen más una reprimenda del programa “Supernany” que una sanción verdadera. En resumidas
cuentas, a la FIA le gusta mucho pegar pequeños tirones de orejas costándole
más el llegar a sanciones mayores.
Una y
otra vez se pueden analizar tanto la maniobra como las trazadas. Y cada hora
que pasa, es menos discutible que Hamilton, al intentar el adelantamiento por
el exterior, y al verse Rosberg superado, éste decide abandonar la línea
habitual como cual futbolista se desentiende del balón, buscando quien sabe si
premeditadamente ese toque con Hamilton volviendo una vez más a hacer el paralelismo
con la famosa acción entre Michael Schumacher y Jaques Villeneuve en Jerez. Y
el final puede ser similar, porque el infractor es el que ha salido trasquilado
después de buscar la lana.
Las
relaciones entre Rosberg y Hamilton dudamos que sean las mejores después de los
últimos acontecimientos. La tensión se cortaría con el filo de un cuchillo y
por ello, desde Brackley deben tomar acciones las cuales son muy complejas de
describir. Ya que apartar a Rosberg una prueba en lugar de un Wehrlein venido a
más tras su punto en Austria dejaría la imagen de las balas plateadas muy
tocada al entenderse de ello que tomarían partido a favor de Hamilton. Una
sanción a ambos marcaría por el mismo rasero a infractor y víctima aunque el
pretexto perfecto sería usar lo pasado en Montmeló como manera de justificar
este hipotético caso. Así que sea lo que sea, la pelota está en el tejado del
equipo. Controlar una crisis sin que la sangre llegue al río evitará la segunda
versión de Mclaren 2007 es una meta tan prioritaria como volver a ser los
dictadores de ambos campeonatos.
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