O bien Iker Jiménez o bien Mulder y Scully
son las personas más indicadas para explicarnos el fenómeno paranormal que ha
vivido Mercedes este fin de semana. Porque no sólo es que fueron mucho más
lentos que sus rivales, sino que ni siquiera podían optar al podio. No tenían
ritmo, y el pensar que escondían sus cartas en los libres fue algo errático en
muchas mentes al ver como el sábado, en Q1, montaban el superblando para
superar el corte. Este fin de semana no se paseaban, no iban como quien dice
conduciendo con una mano mientras se fumaban un puro con la otra.
En carrera se certificó que las balas
plateadas no tenían velocidad, y fiabilidad mucho menos después del abandono de
Lewis Hamilton en una carrera dura, de dos horas de duración y que ha tenido un
poco de todo. Un Vettel dominante y mostrando por qué ha ganado todo lo que ha
ganado. ¿Qué tenía segundos en el bolsillo?, probablemente, pero en pruebas
como esta, prima mucho reservar mecánicas y por ello ha tomado a Daniel
Ricciardo como un títere con el que jugar. No ha tenido rival ni con los Safety
Car, el cual tiene tela el segundo por la salida de un espectador a pista. No
sabemos qué disparatada idea se le ocurrirá ahora a Ecclestone, pero en vista de que esta incidencia ha dado más
emoción a la prueba, gracias también a los Toro Rosso. No sería de extrañar que
al máximo mandatario se le ocurra hacer un sorteo para que cada Gran Premio un
aficionado se cuele en el trazado. Total, ¿no se le ha pasado ya por la cabeza
lo de la lluvia artificial y el sistema de medallas?
Precisamente, los Toro Rosso, a la vez que
han puesto la pimienta a la noche dominical, han abierto la caja de los
truenos. No tiene mucho sentido que se ordene a Max Verstappen dejarse pasar
por Carlos Sainz Jr en el último giro, a sabiendas de que son un equipo de zona
media-baja sin grandes aspiraciones. Pero la desobediencia del holandés no ha
sentado nada bien al madrileño, que ya ha estallado declarando que “Yo le he dejado pasar a él tres veces este año, a él
se lo han pedido otras tres y no lo ha hecho ninguna. No sé por qué, habrá que verlo". Lo cierto es que aún con el acto de rebeldía de
Verstappen, para Carlos esto es un duro golpe por ser testigo como tu
compañero, agasajado en Red Bull y partiendo una vuelta más tarde por quedar
varado en parrilla, remonta y te supera.
También infortunio para el equipo Mclaren. Quizás no estaban preparados
para dar la sorpresa, pero si tenían grandes posibilidades de puntuar antes de
abandonar ambos monoplazas como así lo demostraban los puestos en los que
rodaban. Probablemente se han vuelto a confundir pensando que los “tests” se
habían terminado para ellos, la hora de competir parece no llegarles.
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