Max Verstappen, en el podio de Montmeló,
festeja exultante su primera victoria en la Fórmula 1 y es el máximo exponente
del relevo generacional.
Victoria
contra todo pronóstico de Max Verstappen en Montmeló y sí, el que apostara su
triunfo puede haberse llevado un pellizco gracias al que muchos consideran el
nuevo Ayrton Senna.
Ya se
pormenorizará cuando toque la debacle de Mercedes con el accidente entre
Hamilton y Rosberg. Hoy es de justicia hablar del joven de 18 años que en su
primera carrera con Red Bull, ha deslumbrado a todos no ya sólo por ser el más
joven de la historia en ganar un Gran Premio, sino porque es el primer holandés
en hacerlo y de paso bate así los registros de su padre en la década de los 90,
cuando subió al podio en los años dorados de Benetton. La siguiente estación podría
ser volver a correr en Zandvoort.
Max
Verstappen nos ha cerrado la boca a todos los que opinábamos de él como un
ascenso precoz a la máxima categoría, y Red Bull es una máquina a la hora de
elegir sus talentos aunque algunos a posteriori no den el nivel esperado o no
compartamos sus maneras de actuar.
Verstappen,
nada más llegar, parece decidido a discutir el liderazgo del equipo a Ricciardo
haciendo bueno el dicho de “vini vidi vinci”. Y en un Gran Premio donde la
citada hecatombe de las balas plateadas nos hacía poder disfrutar de una
batalla Red Bull-Ferrari a dos bandas. Lo que en principio pintaba como una
pelea entre Ricciardo y Vettel por ganar acabó con otros dos actores para ese
papel. Verstappen y un Raikkonen que durante varias vueltas le presionó sin que
el joven maduro y experto se inmutara. Así que ante las dificultades que
plantea el trazado catalán para adelantar, todo se dirimió en una batalla
estratégica y de constantes “undercuts” con el enigma de cómo reaccionaría el
piloto atacado. Finalmente, erraron los teóricos jefes de filas y acertaron los
dos que sobre el papel les deben secundar.
Otro
punto a favor de Max es que ha ganado en el circuito en el que se dice que si
vas bien en él, irás bien en todos. Y desde luego que puede ser así, Barcelona
siempre nos hace esa primera gran visión de dónde se sitúa cada uno. Mercedes
sigue un paso por encima de Ferrari y Red Bull, Mclaren de nuevo vuelve a
vender humo con sus actualizaciones y supuestas mejoras mientras que algo más
atrás la revelación Haas ya pierde fuelle. El farolillo rojo lo pelearán Manor
y Sauber.
Gran victoria de Verstappen, que no cometió ningún error y aguantó sin problemas a un poco valiente Raikkonen. A Ferrari le hicieron el mismo truco que en Abu Dhabi 2010, hacendo una estartegia de 3 paradas para Ric y en la que Vet "tragó" como pasó en aquella fatídica carrera para los Ferraristas y Alonsistas. No obstante, me sorprendió mucho lo bien que aguantaron Max y Kimi las últimas vueltas, en las que con unos neumáticos rozando la treintena de vueltas, mantuvieron a Vet y Ric a no menos de 4 segundos. Gran carrera de Carlos, que estuvo todo el fin de semana por delante de un Kvyat al que me cuesta ver recuperado anímicamente, y que hace pensar que quizás si fuera el madrileño el piloto de Red Bull, también podría haber conseguido la victoria. Los récords de Ves han hecho que apenas se hable del accidente entre los Mercedes, en el que parece que un fallo de configuración en su motor provocó que Ham se acercara demasiado y, erroneamente, tomara la decisión de meterse por la hierba, situación que si sale bien eres un héroe, pero si el coche se descontrola, las consecuencias son graves. ¿Será este incidente el punto de inflexión que necesitaba Hamilton para ir definitivamente a por la remontada? Respecto a McLaren, según dijo Alonso tras su abandono, sólo había un alerón delantero nuevo y lo montaba Button. Veremos si ese nuevo alerón, unido a la evolución en el motor que previsiblemente montarán ya en Canadá les dan las décimas extra que necesitan para asentarse en la zona de puntos.
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