domingo, 30 de julio de 2017

Vettel gana la carrera de los escuderos

Kimi Raikkonen escoltó a Vettel durante más de media carrera facilitándole la victoria (FOTO:Medios oficiales de la Fórmula 1)

Durante todo el fin de semana habíamos visto a los Mercedes y los equipos que montan sus motores sufrir algo más que en otros Grandes Premios. Ferrari, que parecía empezar el principio del fin de su derrota ante los de Brackley, para nada hincaron su rodilla en el suelo y renacen en en Hungaroring poniendo tierra de por medio.

La prueba en general ha sido de protagonismo para esos segundos pilotos, de conversaciones en los muros para las complicadas tomas de decisiones. Desde el principio se veía a una Ferrari por su sitio y los comisarios que parecían ser algo más “tikis mikis” que en otras citas. Lo de Verstappen fue exagerado ante un lance que tendrá que aclararse de puertas para adentro en Red Bull. Sin esos diez segundos de penalización al holandés, tal vez le habríamos visto luchar por la victoria. Pero no ha sido así, y esos mismos comisarios que lanzaron sus cuerdas contra Verstappen no nos privaron del duelo español, ese entre un Alonso y un Sainz que completaban a nivel individual su mejor carrera de la temporada y que dejaban de lado la amistad que les une fuera de la pista para bregar dentro de ella y como no, en los boxes entrando a la par.

Volviendo a la cabeza, Vettel perdía ritmo y Raikkonen pedía paso. No se lo otorgaban dejando patente lo jerarquizados que son desde Maranello con sus pilotos. Priorizaron el gran botín que Vettel debía obtener si quería volver a abrir hueco en la general. Por lo que el trabajo de “Iceman” había de convertirse en clave cuando Hamilton llegaba cuando a él si le habían dado paso sobre Bottas. El británico no pudo ni enseñar su coche al finlandés y cumplió su promesa de dejar el sitio en el cajón para Bottas. Un acto de caballerosidad sí, pero de esa caballerosidad que quién sabe si puede costar cara cuando en Abu Dhabi se cierre el telón lamentando los puntos que le dejaron al bueno de Valtteri.

Hay más ejemplos de escuderos que en este Gran Premio han tenido su papel. Uno de ellos es Jolyon Palmer, que aterrizaba con la espada de Damocles sobre su cabeza. Renault había puesto presión a sus dos hombres durante la semana para puntuar. Ninguno de los dos lo hizo y nadie puede asegurar que Palmer esté en Spa después del parón y con Kubica amenazando su puesto. Pero hizo trabajo de equipo y facilitó el desempeño de Hulkenberg cuando se lo requirieron. La pelota sobre si ha sido esta la última prueba o no de Jolyon está en el tejado de Enstone.

Para finalizar, tampoco podemos pasar por alto el papel de Di Resta. La indisposición repentina de Massa le hizo subirse al Williams tras cuatro años sin competir en Fórmula 1. Cumplió su cometido metiendo al bólido dentro del 107% y bregando con os Sauber hasta que su mecánica le hizo retirarse. 

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