¿Qué le espera a Stoffel Vandoorne?

Sochi nos ha traído un nuevo campeón de GP2 o lo que es lo mismo, la guinda a uno de los pilotos más prometedores que ahora sobrevuelan las categorías inferiores.  Y poca discusión admite su calidad cuando probablemente estemos hablando del ganador más autoritario desde los tiempos de las exhibiciones de Lewis Hamilton en 2006. Aunque en el caso del belga, los domingos se le han atragantado algo más.

Calidad a raudales y explosión en esta campaña, aunado con la manta de Mclaren deberían ser ingredientes que le catapultaran a la Fórmula 1 sin reflexiones previas. Y aún teniéndolo todo, es duro decir que el futuro de Stoffel Vandoorne se torna incierto.

El piloto belga, aspira a un volante en la máxima categoría en el momento menos deseado, con la mayoría de las butacas aseguradas en forma de renovación y una Mclaren que aún en plena crisis deportiva, tiene a dos pilotos totalmente implicados en el proyecto y que con la renovación de Button se cierran sus opciones con un portazo.

Ante este panorama, la parte sensata del cerebro le debería aconsejar abandonar Mclaren e intentar asaltar el volante que deja libre Romain Grosjean, quien sabe si en Lotus o en Renault. Que sería una opción muy apetecible por la que bregarán los que aún busquen acomodo. Porque Haas espera confirmar a Esteban Gutiérrez para completar su alineación y Manor no tiene visos de ser altamente competitiva a pesar de que será motorizada por Mercedes. Y ser tercero con ausencia de tests se antoja poco halagüeño, así que o lucha por los escasos asientos que quedan o espera que Red Bull y Toro Rosso cumplan su amenaza de marcharse amenizándose el mercado con un tercer monoplaza por escuadra, o mal pintan las cosas para el bueno de Stoffel.