La
Fórmula 1 es así. Unos días te da poco un Gran Premio, todo es sobre raíles y
sin novedades en el frente, y otros pasa de todo. Tanto que puedes rellenar
páginas enteras de periódicos. Desde los accidentes de Romain Grosjean y Carlos
Sainz Jr, afortunadamente sin consecuencias. Al título de constructores bien
merecido por parte de Mercedes, aunque se haya rematado con una sanción bien
ganada por parte de Kimi Raikkonen.
Realmente,
la heroicidad del piloto madrileño saliendo a correr después de casi un día
entero en el hospital es para creernos que estos pilotos son de otra pasta. Tal
vez, si un servidor hubiera sido médico de la FIA, no habría asumido el riesgo
de darle el OK aunque un piloto nunca se encontrará “mal” para no correr. Pero
una vez otorgado, es una lástima que todo lo hecho, saliendo último y avanzando
hacia zona de puntos terminara de esa manera. Merecía más, mucho más, pero el
Toro Rosso falló en otra ocasión más y van ni se sabe. Algo que contrasta con
Mclaren, más fuerte en mecánica pero endeble en ritmo.
Realmente,
Sochi no ha sido un circuito abrasivo para los neumáticos. Es más, diríamos que
es el menos exigente del calendario en esta materia, aunque los frenos no
opinen lo mismo. El propio Sainz los ha reventado, Ricciardo ídem y el humo
negro de Bottas daba verdadero miedo. Aunque Hamilton bien que los pudo
gestionar en solitario, con otra de esas carreras hipercómodas y cuyo abandono
de Rosberg le pone el campeonato en bandeja.
La
mención honorífica rusa es sin duda para “Checo” Pérez, destacando por enésima
vez en su gestión de las gomas para ser tercero. Un pódium tan merecido como
rebotado por el accidente entre finlandeses. Se habrán quedado más helados por
allí arriba al ver como una pifia monumental de Kimi arruina un podio nórdico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario