Una
década de alegrías nos brindó Ayrton Senna. Duelos con Piquet y sobre todo con
Prost, astro sobre el agua y batallas memorables aunadas con personalidad
empática. El tópico de “partido a partido” que entonan ahora los entrenadores y
jugadores de fútbol se podía transformar en el “pole a pole” a lo largo de su
carrera. Y eso fue algo que llevó a cabo en el Británico de Fórmula 3 de 1983.
15 veces de 20 posibles partió desde lo más arriba de la parrilla y el título
lo sufrió algo más, pero lo logró por delante de Martin Brundle. Ambos estaban
un paso por encima del resto.
Después
de mostrar su nivel en Inglaterra y estar ya en los órbita de la Fórmula 1,
permitiéndose el lujo de probar para Mclaren, Williams y Toleman. Por este
último firmó definitivamente para 1984 y casualmente, los tres han marcado su
vida deportiva de sobremanera.
Si el
británico era un reto, aún quedaba el gran desafío de Macao. Allí, en el citado
1983, se daban cita por primera vez los Fórmula 3 aunque en otras disciplinas
ya cumplía su 30 aniversario. La pista, con un ancho de siete metros en alguno
de sus puntos eran la gran prueba para muchas manos y las opciones de acabar
contra el muro se antojaban elevadas.
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