domingo, 21 de junio de 2015

Alonso y Kimi, Ok.

La foto del Gran Premio es espeluznante. El coche de Alonso montado sobre el de Raikkonen lo dice todo, el accidente se presumía fuerte y así ha sido. La descripción del asturiano ante el micro muy certera como se ha visto ya en algunas imágenes post-Gran Premio. Raikkonen patina, pierde el control de su Ferrari e impacta con Alonso, quien se sube encima del finés en una acción en la que la diosa fortuna se le apareció a “Iceman”. Dado que hubo segundos en los  que un solitario movimiento en falso del Mclaren de Fernando Alonso podría haber dado lugar a una tragedia.
Es un accidente que nos recuerda al que sufrió el propio Fernando Alonso en Spa-Francorchamps en 2013, con el coche de Romain Grosjean sobrevolando su cráneo pero con la salvedad de que en este no se observan culpables, simplemente causa y que a buen seguro replanteará otra vez el debate de los Fórmula 1 cubiertos. La mejor noticia es ver a ambos sanos, hablando con la prensa y saludándose con la típica frialdad de un Kimi Raikkonen que con esta, pierde la primera de las tres oportunidades que desde Maranello le otorgan para ganarse una renovación en un nuevo alarde de paciencia dentro de las dos temporadas para olvidar de Kimi.

Por suerte, este tipo de cosas quedan en lo que no fue pero pudo ser, y desde luego que Pastor Maldonado también, por doble ocasión, ha estado a punto de irse contra el muro en el tramo final de la prueba, pudiendo ocasionar  serios accidentes en su lucha con Max Verstappen, otro piloto bravo, con genes agresivos en un cóctel explosivo cuando se mezclan.  

En cuanto a lo deportivo, no sabremos cuánto habría durado Alonso sin este accidente, probablemente no mucho más que el Mclaren de Jenson Button, el cual sólo ha girado tres vueltas en un nuevo capítulo de la casa del terror escrito en Woking. Si esta temporada para ellos es un test, hay dentro dos campeones del mundo legitimados a pensar que esto es una broma macabra con promesas de humo y más evoluciones para no evolucionar. Ahora, los tests que hay esta semana son vitales para Mclaren para subirse al último tren del desarrollo en el presente.

Si lo de Mclaren es alarmante, el naufragio de Red Bull en su casa, ante los suyos no es para menos. Ese mismo equipo que ha estado cuatro años arrasando y la pasada campaña fueron los únicos no Mercedes en ganar es ahora una caricatura de lo que fue. Doblados, amarrándose al último punto en juego gracias a la numerosa trena de retiradas y problemas mecánicos de sus rivales, ya que sin eso, se van de vacío del trazado que lleva el nombre de las bebidas energéticas.


En lo referido al resto del Gran Premio, nada lejos de lo habitual en el sitio de cada equipo pero si se invierten las tornas en Mercedes. Ahora es Rosberg el que da el mazazo a un Hamilton que logró la pole por el accidente del teutón el sábado cuando éste rodaba al límite. Y en la salida, la imagen que se transmitía era que Hamilton alcanzaría en algún momento a Nico y le pasaría, que el británico en ciertos momentos guardaba neumático. Pero nada más lejos de la realidad. El vástago de Keke era más rápido, tenía más ritmo y encima Hamilton se lo puso en bandeja con su pifia en boxes al pisar la línea con los consabidos cinco segundos que eso conlleva.  Es uno de los múltiples errores en la única parada que planificó cada escudería, porque una de esas, con atrancamiento de tuerca le ha costado a Vettel el podio en detrimento de Felipe Massa. 

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