Aún recordamos muchos a ese Nelsinho Piquet arrogante que
llegó a la Fórmula 1 como piloto reserva, reclamando en su presentación un
coche oficial porque Fisichella no era tan rápido como Alonso. Exigir un volante porque un compañero no ha
sido tan veloz como el doble campeón del mundo y piloto al alza que era el
asturiano, ¡Ay Piquet, qué no eres tricampeón como tu padre, eras un novel! Vamos,
que su prepotencia era sólo comparable a la de Martin Odegaard en el Real
Madrid negándose a seguir en el filial con tan sólo 16 años.
Los dos años posteriores de Renault con Piquet como piloto oficial serán recordados como los de bajo rendimiento, múltiples accidentes y el rebajarse a la treta sucia de Singapur 2008 para mantener su contrato en vigor.
Los dos años posteriores de Renault con Piquet como piloto oficial serán recordados como los de bajo rendimiento, múltiples accidentes y el rebajarse a la treta sucia de Singapur 2008 para mantener su contrato en vigor.
Para Piquet, ha sido complicado salir de las faldas que le
proporcionó su padre creándole siempre un equipo a su medida por cada sitio que
pasaba. Pero los golpes le han hecho madurar al vástago del triple campeón
mundial, alejar los rencores contra Briatore por un despido que se ganó a pulso
y empezar a hacer lo que tenía que hacer, que no era otra cosa que pilotar. Por
ello, cuando uno asume sus errores aunque éstos no los haga públicos de puertas
para afuera, merece una segunda oportunidad como la que acaba de recibir en la
Fórmula E, ganando al final por un simple punto sobre Sebastien Buemi en una
última prueba épica, de esas que hacen afición y cuya realización no sabía
donde centrarse. Ya que por un lado Sarrazin y Bird peleaban por ganar, y por
otro, Buemi trataba de adelantar a Senna para ser campeón. Desde luego que el
suizo se debe estar acordando horrores del trompo de recién salido de boxes que
le ha costado esa posición letal, observando desde más adelante la remontada de
Piquet, la sintonía entre el paulista y Oliver Turvey a la hora de hacer
trabajo de equipo llegando con todo ello la caída del fruto del buen hacer.
No hay que decir mucho más. La Fórmula E, con sus fallos y
aciertos, se ha asentado a buen paso en su primer año. No se les puede acusar
para nada de no tratar de llegar al espectador. Porque han incluido el FanBoost
para hacerles partícipes, han televisado las carreras en riguroso directo tanto
en su página web como en Youtube y con todo han conseguido que hasta 200
ciudades se apunten a la lista de espera para organizar su Gran Premio en
venideras temporadas. Pero también ha tenido sus fallos que tendrán que pulir,
como son las excesivas coincidencias con las pruebas de Fórmula 1, unos
neumáticos que apenas se degradan con baterías que todavía no están preparadas
para durar una prueba entera, monoplazas a los que les falta algo de potencia y la ausencia de algún trazado permanente. Por
lo que ponderando todo, podemos darle un bien tirando a notable en el estreno
de la categoría.
Gran última vuelta, Buemi demasiado desesperado, no estampó a Bruno Senna de milagro, creo que estuvo agresivo de más. Eso sí, el circuito de Londres no me gustó demasiado, muy estrecho para una carrera en que se jugaba tanto, debería haber sido más fácil adelantar. Si llega a ser el circuito que montaron en Berlin, Buemi sería campeón seguro. La realización se pierde muchas cosas, y los coches corren poco, pero la igualdad la hace muy emocionante. Además tanto cambio de pilotos, colores e incluso nombres de equipos (China Racing) la hacían un poco más complicada de seguir. Ojala el año que viene la veamos por la tele y en Español.
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