miércoles, 24 de junio de 2015

¿Fórmula 1 más peligrosa?

FOTO: www.formula1.com

Kimi Raikkonen ha sido el primero en poner el dedo en la llaga en esta nueva oleada de críticas al estado de la Fórmula 1. Y lo ha hecho con unas declaraciones un tanto equivocadas por su parte, aseverando que quiere que la Fórmula 1 sea “un poco más peligrosa”, matizando todo con un “no quiero ver a nadie herido pero sí hacer todo más emocionante”.
No dudo en absoluto en que Raikkonen no desea ver heridos, por eso me veo en la obligación de corregir sus palabras, dado que ha confundido peligrosidad con dificultad. Y es algo que no está reñido. La Fórmula 1 necesita la seguridad que hoy en día ha permitido salir ileso a Robert Kubica en su brutal accidente en Montreal, y todo eso se logró paulatinamente desde el fallecimiento de Ayrton Senna. 

Las palabras de Kimi Raikkonen fueron secundadas por Niki Lauda y por tanto, él también se ha expresado de manera errónea, porque efectivamente, un Fórmula 1 debe ser más complicado de pilotar. Y el mejor exponente de esto es Max Verstappen, del cual pocos dudan de su calidad, pero hace una o dos décadas, era impensable que un piloto menor de edad con un solo año de experiencia en monoplazas, brillando pero no ganando en Fórmula 3, fuera capaz de necesitar como quien dice una vuelta para adaptarse. De hecho, ahí tenemos el ejemplo de Michael Andretti en 1993, que no aguantó el llevar un Mclaren al lado de Senna o más recientemente se abrió la interrogación sobre si Hamilton debía debutar o no con el equipo de Woking después de arrasar en GP2.
Con la Fórmula 1 actual, Niki Lauda si se podría despachar ahora cómodamente diciendo que “hasta un mono podría conducir”, ya que la facilidad para pilotar estos coches unidos a unas radios que te hablan constantemente sobre lo que tienes que hacer ha mermado hasta un punto cuasi inexistente las manos del piloto. Ahora las parrillas y las clasificaciones se ordenan por duplas una tras otra.


Ha costado abrir los ojos, pero todo parece indicar que en 2017 comenzará el repunte de la Fórmula 1 ante el mal momento que vive. Y aunque poco o nada se diga de volver a las escapatorias de puzolana para penalizar los fallos, si que veremos nuevamente los repostajes para que los pilotos no hagan tiempos de GP2 ahorrando carburante, si que se planteará volver a ese sonido que enganchaba al público y sobre todo, se tratará de buscar esa dificultad que hará que observemos la meritocracia de cada piloto.
Ojalá las palabras de Alain Prost este fin de semana no cayeran en saco roto ante lo absurdo de penalizar por las averías, porque las “barbacoas” también eran parte del espectáculo, e interesante era analizar que equipos se la jugaban sacrificando fiabilidad por un mejor rendimiento para lograr un buen resultado en la prueba.

Al menos, un comienzo es un comienzo ante las ganas de mejorar, aunque sigamos sin caer en la cuenta de otro hecho como es lo artificial de los adelantamientos gracias al DRS, restando precisamente valor a cada pasada y obviando que una Fórmula 1 de los 80 o 90 con las medidas de seguridad actuales volverían a enganchar a gran parte del público. Ahora sólo falta dejar las nubes a la hora de establecer los derechos televisivos para volver a hacer asequible que cualquier canal decida emitir la máxima competición, o recuperar esos clásicos circuitos por los tilkódromos ubicados en lo exótico para capricho de los cuatro jeques aún con los trazados vacíos. 

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