Desde que se consumó el regreso de Raikkonen a Ferrari no ha cesado un debate que día tras día está en el "candelabro" como diría Sofía Mazagatos. ¿Se compenetrarán?, ¿Se llevarán bien?, ¿Habrá tensiones?. Cada jefe de equipo, piloto/ex piloto, aficionado... tiene su opinión al respecto. Lo que si parece cierto es que Ferrari ha roto una costumbre y una jerarquía que era la de tener un claro primer espada y otro piloto que le escudara mientras sumaba puntos para el mundial de constructores. Ahora no, hay dos primeros, dos gallos en el corral y nadie quiere pensar en Mclaren 2007 en versión Maranello, pero todo está ahí.
Las últimas declaraciones de Raikkonen asegurando que "correrán el uno contra el otro" son el sello de que no se va a andar con bromas ni quiere ser el comparsa de Fernando Alonso. Su objetivo es el título y hará bueno el dicho de que el compañero de escudería siempre es el máximo rival. ¿Respeto?, por el momento parece que sí, y veremos si avanzada la temporada se mantiene. Ahora bien, con "Iceman" y De la Rosa nuevamente juntos volveremos a oír el "lo que diga Pedro" cuando se hable del desarrollo del nuevo F14T.
Ahora bien, ¿cómo encajará Alonso tener de nuevo un piloto de altos vuelos en su mismo box?. Los antecedentes de su rivalidad con Hamilton no invitan al optimismo si el finés le moja la oreja. Los elogios de Montezemolo podrían volverse entonces críticas y ahí es donde debería saber controlar sus declaraciones, algo que siempre ha sido su asignatura pendiente. El gran beneficiado de todo puede ser el aficionado y el espectáculo que le puedan ofrecer.
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