En esta ocasión toca desarrollar otro artículo ya publicado en el blog de cronómetro a cero sobre las audiencias en España. Y es que es rabiosa actualidad la compra de Movistar TV de los derechos de la Fórmula 1 y el Mundial de Motociclismo. De hecho, la categoría reina del automovilismo sólo podrá verse de pago a partir de 2016 como ya ocurre actualmente en otros países. Habrá quien esté dispuesto a abonar dinero para ver las carreras y otros que volverán a los tiempos del "abuelo cebolleta" tirando de internet u otros medios para visionar las pruebas a través de canales extranjeros.
Seamos realistas. La F1 y el Mundial de Motociclismo han llegado al punto de ser insostenibles de manera gratuita. La excesiva publicidad así nos lo hacen ver y Telecinco bajará el pistón emitiendo parcialmente el campeonato a pesar de la eclosión de los Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Pol Espargaró, Dani Pedrosa, Maverick Viñales, etc.
Ahora bien, la fortísima apuesta de Movistar TV debe ser de éxito inmediato, e incluso puede fracasar con la Fórmula 1 si Alonso decidiese colgar el casco en 2016 a no ser que las opciones de Daniel Juncadella y Carlos Sainz Jr puedan triunfar. Si esto último no ocurriera, la audiencia se desplomaría a mínimos históricos y lo peor de todo, ¿se habría puesto en entredicho a Fernando Alonso si pasa una década sin que volviera a ser campeón del mundo?. Es algo que ya ocurrió con Carlos Sainz (como bien se menciona en citado blog) aunque mantuviera el record de victorias hasta la llegada del arrasador Sebastien Loeb. Otros ejemplos de esto son la falta de valoración de los ciclistas españoles tras la retirada de Miguel Induráin y las duras críticas a Sete Gibernau cuando durante tres temporadas se batió el cobre con la mejor versión de Valentino Rossi.
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