miércoles, 2 de julio de 2014

Caterham, renacer o morir.

FOTO: www.skysports.com

Ya lo advirtió Tony Fernandes al empezar el año. Si Caterham no mejoraba, vendían o cerraban y eso es lo que ha ocurrido finalmente.
Desde el principio, se veía que la temporada no iba a ser diferente a las anteriores y el fichaje puramente monetario de Marcus Ericsson era la mejor prueba. El cambio de reglamento no les ayudaría al mejorar sino que más bien al contrario siendo de nuevo unos habituales en la cola de la parrilla. El sueño de puntuar se esfumaba y la decisión de tirar abajo lo que se empezó a construir hace un lustro cobraba más y más fuerza. La puntilla llegó en Mónaco, cuando salvo carambola, decían adiós al décimo lugar en el mundial de constructores con los dos puntos logrados por Jules Bianchi para Marussia. Los rusos, rivales durante todas estas temporadas ya habían logrado más con menos y el golpe era tan fuerte que levantarse del mismo era toda una misión imposible.


Se conservará el nombre, la base y se respetará a los pilotos pero cambia la dirección. Tony Fernandes es historia al igual que Cyril Abiteboul. Los nuevos inversores procedentes de Suiza y Oriente medio quieren a Collin Kolles como consejero, que confiará en el ex piloto Cristijan Albers como director deportivo y estará asistido por Manfredi Ravetto. Quedando como incógnita, de manera paradójica, el futuro de Collin Kolles, el cual luchaba por incorporar a Forza Rossa en la Fórmula 1. ¿Seguirá también en ese proyecto o lo abandonará?

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