jueves, 4 de diciembre de 2014

Dos pilotos de siete vidas

Todavía recordamos el accidente de Jules Bianchi, probablemente el único grave en su vida y sin tanta fortuna al presenciar cómo a día de hoy continúa compitiendo en la prueba más importante, la de pelear su vida. Otra leyenda como Ayrton Senna tuvo suerte en algunas ocasiones pero tristemente la agotó. En cuanto a los demás esperemos seguir viéndoles en pista y que jamás agoten esa fortuna que poseen a la hora de accidentarse.

Este domingo, en el transcurso de las 6 horas de Sao Paulo en Interlagos, veíamos a Mark Webber destrozar su Porsche con un pequeño incendio. Curiosamente fue en el mismo sitio en que Fernando Alonso tuvo su choque más grave en la F1 allá por 2003 cuando impactó con un neumático en medio de la pista precisamente por una colisión de Mark Webber. Tal vez podamos incluir a Alonso en ese grupo de afortunados después de helarnos la imagen del Lotus de Romain Grosjean pasando a centímetros de su casco en Spa. 
Previamente, Mark Webber, sufrió otro escaofriante accidente del que ese día nos congratulábamos de verle ileso. Nos referimos a ese vuelo que tuvo en Valencia 2010 intentando sobrepasar a Heikki Kovalainen. La fortuna aumenta si contabilizamos que ese trazado era urbano y con más muro que escapatoria.


Obviamente, el segundo piloto del que nos tenemos que acordar es de Robert Kubica. Hubiéramos disfrutado mucho de él en la Fórmula 1 ya que sería otro toque de pimienta en la lucha de Hamilton, Rosberg, Vettel, Alonso. Su ida, aunque forzada, dejó el gran circo tan huérfano como Moto GP cuando Stoner nos anunciaba su retirada sin verle pelear contra el genio de Cervera.
Un grave accidente en un Rally debilitaba los brazos al polaco y acababa con sus días en el Gran Circo mientras que disfrutan de él en el WRC. Previamente, en 2007 no sólo los DVD grababan un accidente que por unos segundos nos pudo hacer temer lo peor. Sino que nuestras retinas aún rememoran con nitidez a un Kubica saliendo catapultado contra el muro de Montreal y deslizándose decenas de metros un coche destrozado y un piloto inconsciente por la deceleración. Nadie entonces daba nada por verle en EEUU siete días después y efectivamente, no le vimos pero no por mal estado del polaco. Sino por precauciones de la FIA ante el riesgo de un segundo percance similar. Así que lo dicho, que todos los accidentes fuertes queden en “Kubicas o Webbers”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario