Ferrari nos sorprende y mucho con el anuncio oficial mediada
la semana previa al Gran Premio de Bélgica. En esta ocasión, ni siquiera han
esperado a su casa, al templo de la velocidad o dicho de otra manera, Monza.
Que es donde suelen confirmar los planes de cara a la siguiente campaña manteniendo
en vilo a toda la prensa.
Hasta el momento, tenemos esa oficialización contra todo
pronóstico y contra aquellos rumores que indicaban que durante este fin de
semana se anunciaría que Vandoorne sustituiría a Button como piloto oficial de
Mclaren a partir de la próxima temporada, aunque esto último aún podría
producirse siempre dependiendo de si las habladurías son veraces o simplemente
todo queda en temática típica del parón que hemos tenido sin ir más allá.
Ferrari en su momento decidió no hacer efectiva la opción
automática sobre Kimi, lo que demuestra
que su continuidad no era la prioridad en Maranello. Nombres como el de Bottas
sonaron con mucha fuerza, pero tanto él como las alternativas que se pudieran
manejar dentro de la sede se encontraban con contrato en vigor y con
dificultades a la hora de rescindir las relaciones contractuales, por lo que
como bien dice el dicho, “a falta de pan, buenas son tortas”. Y Ferrari decide
prorrogar el contrato de un piloto rápido sí, pero relegado claramente a testimonial
cuando fue fichado para apretar primero a Alonso y luego a Vettel, siendo
barrido por ambos, con pocas ambiciones profesionales, conformismo a la hora de
ampliar su palmarés y poca implicación en el desarrollo del monoplaza. Incluso
me atrevería a decir que las recientes loas de Iceman a Vettel son más fruto
del agradecimiento a la “Scuderia” por esta acción que pura sinceridad en unas
declaraciones entre líneas que muchos no hemos sabido interpretar.
Ahora sólo nos falta conocer qué espera Ferrari de Raikkonen en
el futuro. Si se conforman con tenerle como escudero, ya puede ser una
renovación a la baja para no mantenerle el salario de piloto estrella. Y si
desean esto segundo, pues a los resultados de las dos últimas campañas nos
remitimos para no creer en milagros.
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