Mientras
desde Japón un piloto lucha por su vida después de un grave accidente, en Rusia
se han acordado de él con un bonito detalle de todos los pilotos y en las
gradas incluso ondeaban banderas en apoyo al piloto galo. El #ForzaJules es
algo más que un Trending Topic en las redes sociales. Es un sentimiento de todo
el mundo del motor, una cosa que puede marcar un antes y un después. Y desde
luego que la FIA ya va tomando buena nota, dado que el tema de recubrir los
cockpit vuelve a estar candente, se habla de limitar la velocidad en zonas con
bandera amarilla y en categorías inferiores vemos como a la mínima sale el
Coche de Seguridad con paso cauteloso por la zona donde un monoplaza queda
varado.
De la
carrera poco se puede decir. Típica de tilkódromo curiosamente similar al
Valencia Street Circuit, aburrida para el espectador y resultado previsible con
primero los Mercedes y luego el resto. Eso sí, llamativo es la degradación tan
baja que hemos visto en esta ocasión en la que Rosberg tuvo que entrar en la
vuelta 1 y pudo aguantar el resto con las gomas duras. Algo que en otro Gran
Premio hubiera sido una locura hacer pero en este no. La pista estaba limpia de
las clásicas pelotas de goma producto del desgaste a la vez que los neumáticos
blandos podían sobrepasar sin problemas el ecuador de la carrera.
El
análisis del resto puede ser más bien escueto destacando en esta ocasión a un
novato de los de zona trasera. Hablo de Marcus Ericsson, que el sábado quedó a
una décima de meterse en Q2 y no sólo le está tomando el pulso a Kobayashi,
sino también a la categoría. Por los demás, Williams recupera sensaciones
después de Suzuka a pesar de que Massa no ha tenido un buen fin de semana,
Ferrari se pierde cada día más en su particular desierto y Mclaren mejora a
pesar de no gozar del mejor material posible de Mercedes.
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