lunes, 11 de noviembre de 2013

Sergio Pérez. Sitio equivocado en el momento inadecuado

FOTO: www.f1aldia.com

A falta de que se confirme el fuerte rumor de que Kevin Magnussen reemplazará a Sergio Pérez en Mclaren, se puede ir adelantando que el destino ha sido cruel con "Checo". Y dice el refrán "cuando el río suena, agua lleva", y el ruido que monta ahora el mencionado rumor es de agua desbordada  de su cauce.
El que fuera una de las joyas de Ferrari, llegaba a la Fórmula 1 de la mano de Sauber después de ser subcampeón de GP2. El patrocinio de Telmex era un gran colchón y los resultados que cosechaba justificaban cualquier inversión en él. Kamui Kobayashi era un hueso duro y Sergio Pérez le superó con varios podios con un monoplaza que distaba mucho de estar a la altura de los grandes. Entonces se tornaba el movimiento que se podía considerar perfecto para él. Hamilton abandonaba el equipo que le apadrinaba desde niño para tomar rumbo a Mercedes y Sergio Pérez descolgaba el teléfono para decir "si" a Mclaren. Evidentemente, como decir que no a una escudería con tanta historia, tan laureada, por la que han pasado los más grandes de la Fórmula 1 y que siempre ofrece a sus pilotos unas prestaciones para luchar por el campeonato. Cómo negarse a esa oportunidad cuando Ferrari no quiso subirle a uno de sus coches por "falta de experiencia" a sabiendas de que hay trenes que solo pasan una vez en la vida, y este podía ser uno de ellos.

Pero la llegada a Mclaren fue en el peor momento, puesto que de la fábrica salía uno de los peores monoplazas que jamás se ha conocido en Woking, hasta Bruce Mclaren estaría indignado si pudiera ver que él podía sacar más cuando el equipo que él mismo fundó estuvo a punto de quebrar. Un coche que está más cerca de los Toro Rosso, Force India o Sauber que de los Red Bull, Ferrari o Lotus. Una humillación en toda regla que a más de uno debería ruborizar con unas perspectivas nada halagüeñas para un 2014 que se antoja de transición de cara a la llegada de los motores Honda. Verles divagar por la zona media del pelotón, entre la quinta y sexta plaza del mundial de constructores no es algo de lo que se jacten precisamente. Y con esa situación ha lidiado Sergio Pérez, observando que el rendimiento del Mclaren era similar al de su Sauber de la temporada anterior, recibiendo alguna crítica del equipo para que fuera más agresivo y luchando posición de tú a tú con Jenson Button a pesar de que la clasificación refleje más distancia que la vista los fines de semana. Pero Martin Whitmarsh no admite excusas, él ve la diferencia y no parece dispuesto a dar otra oportunidad al joven mexicano. Salvo sorpresa de última hora, preferirá apostar por la cantera y valorar los éxitos de Kevin Magnussen, buscando otro debutante que de que hablar como ocurrió con Lewis Hamilton en 2007. De poco valdrá que el mencionado Jenson Button admita que merece continuar.

En el momento que todo se haga realidad, Sergio tendrá que evaluar sus opciones de futuro. Volver a Sauber es una opción y Force India también le tiene en su agenda. Sólo falta saber si intentará colarse en el volante más codiciado en estas fechas, que es el de Lotus.

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