Después
de dos Grandes Premios de dudas, sinsabores y decepciones. Barhein nos ha
brindado algo nuevo, emociones gracias a que las escuderías han dado libertad a
sus pilotos de luchar entre sí aún a riesgo de perder unos valiosos puntos. ¿La
más emocionante?, sin duda la de Rosberg y Hamilton sin menospreciar la
Pérez-Hulkenberg o Massa-Bottas en la que el brasileño no ha tenido que volver
a escuchar la frase lapidaria de que su compañero es más rápido que él. Y entre
tanto, también hemos visto bastante juntos a Alonso y Raikkonen en lo que es la
lucha de la crisis de Maranello, agrandada aún más con el abandono del circuito
por parte de Luca Cordero di Montezemolo antes de terminar la carrera. El
hombre que debía poner paz abandonaba el barco (no sabemos si con motivos o no
para marcharse) dejando sobre la pista a dos pilotos que sufren las desdichas
de un equipo sin rumbo y al cual le ha costado incluso puntuar.
Volviendo a la lucha de los dos Mercedes, sí, esos que están en otra galaxia y de los que hay que recalcar no sólo unas manos ambiciosas por parte de sus dos espadas, sino el buen ambiente de bromas que viven ambos ajenos al delicado momento que vive Ferrari y la falta de fiabilidad de Mclaren así como los problemas que se reproducen en Red Bull.
Volviendo a la lucha de los dos Mercedes, sí, esos que están en otra galaxia y de los que hay que recalcar no sólo unas manos ambiciosas por parte de sus dos espadas, sino el buen ambiente de bromas que viven ambos ajenos al delicado momento que vive Ferrari y la falta de fiabilidad de Mclaren así como los problemas que se reproducen en Red Bull.
Me sabe
mal decirlo, pero las últimas vueltas han ganado en emoción por otra locura de
Pastor Maldonado y van… mejor no contarlas aunque sepamos que hoy ha puesto en
juego la integridad de Esteban Gutiérrez. Romain Grosjean fue a la nevera por
reincidente en su momento y a lo mejor habría que replantear lo mismo para el venezolano,
que debe tener la cabeza en los mítines que compartía con Hugo Chavez y no en
la pista. Ahora, como tira cómica, sólo nos falta que Ecclestone diga que hay
que poner como norma la obligatoriedad de un accidente 10 vueltas antes del
final de la misma manera que propuso la lluvia artificial, puestos a decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario