La
confirmación del fichaje de Sebastian Vettel por Ferrari no logra otra cosa que
hacer oficial lo que muchos esperábamos y era un secreto a voces. El cuádruple
campeón del mundo cumple su sueño dorado de llegar a Maranello dentro de un año
un tanto flojo para él, tal vez más distraído en las negociaciones para ir a la
“Scudería” que en lo deportivo, despreocupado cuando Ricciardo le superaba una
y otra vez hasta este tramo final de temporada.
Para
Vettel, Schumacher siempre ha sido su ídolo en la infancia, su referente, aquel
con el que luchaba por fotografiarse cuando aún competía en Karts y contra el
que pudo medirse en el ocaso de su carrera en Mercedes. Por ello, tal vez sueñe
con igualarle y desde luego que las circunstancias para ello se dan.
Michael Schumacher fichó por Ferrari después de ganar dos mundiales consecutivos con Benetton. Sorprendía que dejara a Briatore para irse a una escudería en horas bajas, con una sequía de dos décadas sin ganar mundial alguno y totalmente a la deriva. Tuvieron que pasar cinco temporadas sí, pero Ferrari volvió a campear, El Kaiser había construido las bases de un equipo nuevamente campeón y allí se convirtió en leyenda antes de su primera retirada. Heptacampeón del mundo y cinco de ellos vestido de rojo, ahí es nada.
Michael Schumacher fichó por Ferrari después de ganar dos mundiales consecutivos con Benetton. Sorprendía que dejara a Briatore para irse a una escudería en horas bajas, con una sequía de dos décadas sin ganar mundial alguno y totalmente a la deriva. Tuvieron que pasar cinco temporadas sí, pero Ferrari volvió a campear, El Kaiser había construido las bases de un equipo nuevamente campeón y allí se convirtió en leyenda antes de su primera retirada. Heptacampeón del mundo y cinco de ellos vestido de rojo, ahí es nada.
La
misión de Vettel ahora es la misma. Se encuentra una Ferrari sumida en el caos,
perdida en su rumbo y que desde la marcha de Schumacher únicamente tiene el
campeonato de 2008 con la imagen de vencerlo más por demérito de Mclaren y su
guerra interna que por gran pilotaje. Y por ello apuesta en un proyecto a largo
plazo, compartiendo box precisamente con aquel piloto que les proporcionó su
último cetro y cuyo rendimiento ha sido extremadamente bajo en esta campaña. Por
lo que ahora tocará pasar página, olvidarse de Fernando Alonso (a la espera de
su confirmación por Mclaren) y centrarse en empezar de cero.
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